Cerrado el parque Cassinis para detener las fiestas peruanas, el municipio también promete mayor presencia de patrullas para el control de las zonas; Los residentes: «no queremos impedir que se divertan, pero los conciertos son un verdadero caos»
Milán, 11 Julio 2012 – Con una barrera fue cerrado el parque, para impedir el acceso al césped a los automóviles y camiones que llegan desde via Fabio Massimo. Patrullas de policía en ambas entradas, incautaciones de instrumentos musicales a quien improvisa conciertos sin autorización, controles para asegurarse de que nadie venda cerveza y otro tipo de alcohol ilegalmente.
Después de años de protestas de los residentes del barrio Porto di Mare, el Municipo ha decidido dar un basta a las fiestas dominicales de la comunidad peruana en el parque Cassini, en los suburbios del Sur de Milán.
A las fiestas con, cerveza y reggaeton, asisten hasta mil personas entre jóvenes, adultos y familias. «Son años que los ciudadanos tienen que vivir con el ruido insoportable todos los fines de semana – dice Loredana Bigatti, Presidente de la Junta de la zona 4 – por esto, en cooperación con la policía local y el Departamento de seguridad, hemos decidido dar una respuesta. La comunidad peruana tiene derecho a celebrar, divertirse y encontrarse, pero respetando el barrio”.
El parque se cerrará el sábado y el domingo de las 17 h a las 7 de la mañana del día despuès. Los controles, estarán activos cada fin de semana hasta el otoño, se probó el proyecto ya la semana pasada. «Los policias han incautado cajas de cerveza, amplificadores e instrumentos musicales, nos refiere Bigatti que participo al control del Parque, nadie quiere prohibir que toquen la guitarra sentado sobre la hierba, pero al Cassinis se hacen conciertos, con camiones utilizados como escenarios».
Las grabaciones de las fiestas luego se cargan en el Internet, en YouTube, y se ve una diversión sana que con el pasar de las horas degenera: desde niños que por la tarde comen salchichas con sus abuelas, hasta las borracheras colectivas al amanecer, en los prados convertidos en verdaderos basureros y el estruendo del sonido de la música.
El gran éxito de las fiestas latinas atrae a decenas de traficantes de drogas. El domingo a las nueve de la noche en viale Cassinis, a la derecha en la entrada del parque, tres marroquíes entre 19 y 24 años han sido detenidos por la policía tras una persecución en el coche de ellos, en el Audi los agentes encontraron hachís y cocaína, lista para ser vendida.
El objetivo de los municipios es establecer la presencia de la policía en el parque Cassinis, junto a los guardias urbanos.
Los residentes, que durante años solicitan ayudan al Palazzo Marino para limitar el caos a Cassinis, agradecen y observan. «En la zona encontramos finalmente un interlocutor sensible –dice- uno de los portavoz de los ciudadanos de la histórica zona – casi una década de promesas por el municipio, nos engañamos nosotros mismos diciendo que la situación se resolverá de una semana a la otra, pero el compromiso es notable y lo apreciamos.»
C. Z. León