Una confesión que ha dejado mucho sobre que pensar, la vida de dos jóvenes arruinada sin un motivo y una confesión que no deja oportunidad de replicar dado que la víctima fue cruelmente asesinada.
16.12.2014 – «Estoy muy mal por lo sucedido, lo siento. Yo no quería matarlo. Tenía miedo de que me hicieran daño». Está es la última declaración del interrogatorio de Roland Guerrero Anchundia, el asesino del jóven ecuatoriano Pablo Francisco Macias Triviño, apuñalado al corazón el pasado 23 de Noviembre fuera de la discoteca Las Vegas de Génova.
El jóven ecuatoriano Roland Guerrero Anchundia, tutelado por su abogado Danilo Icardi, admitió el asesinato, pero dijo también que si caminaba armado era porque tenía miedo. «Hace unas semanas – dijo Guerrero – fuera de mi casa fue atacado un amigo de 17 años. Cuando escuché los gritos baje y salí corriendo a la calle y lo salvé. Los agresores me amenazaron y antes de desaparecer me gritaron que me iban hacer pagar. Desde ese momento me llene de miedo y empecé a llevar siempre un cuchillo, pero verdaderamente no quería matar a nadie», declaró.
Guerrero tras sus palabras no pudo explicar las razones de la disputa. Ni siquiera fue capaz de reconstruir la dinámica exacta de la controversia y el asesinato: «yo estaba demasiado borracho, no me acuerdo exactamente como sucedió lo ocurrido», subrayó.
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C.Z.León
