La clave y una nueva pista es un mancha casi invisible, tan pequeña que ni se ve, es baba, en el más estricto sentido de la palabra es una mancha de saliva. La encontraron y encutodido los carabinieri, saliva que encontraron en el cuerpo de Monica Rachel Alvaro Guerrero, la ecuatoriana que mataron el pasado 5 de diciembre junto al hijo de 13 años Marcos Ramirez Kleyner.
Génova, 28 Septiembre 2012 – Un crimen, que se descubrió en via Balbi Piovera número 13, que impactó toda la comunidad italiana de Sampierdarena entera y toda la Comunidad Sudamericana en Génova, un crimen que encierra 1 millón de motivos diferentes, aterrorizados ante la idea de que la masacre de la mujer y el niño podría conectarse de algún modo al mundo de las pandillas, bandas callejeras, paradigma de una violencia que no se salva ninguno, incluso un niño.
Ahora, los motivos de la masacre siguen envueltos en el misterio, sin embrago, después de nueve meses está nueva pista, esa mancha es importante, cambia todas las invetigaciones. Porque con esa muestra microscópica de saliva, los expertos del Departamento de investigaciones científica han extraído el ADN del asesino. Además, como escriben los investigadores en su informe del laboratorio – en fecha 23 de Agosto de 2012, el código genético presenta “similitudes a otros hallazgos” ya adquiridos unos cien dias después del día del crimen.
Y así el círculo se estrecha, casi se cierra y la atención de los investigadores se concentra en uno de los inquilinos de la casa de via Balbi Piovera. La familia Ramirez de, Monica con su esposo Marcos conocido como «Pepe» y los hijos Marcos Kleyner y Jhon, ella solía alquilar una habitación a conocidos, amigos, paisanos. «No venia ninguno que no se conocia muy bien «dijo a los carabinieri»Pepito», investigado dos veces e incluso al principio el sospechoso principal, dado que fue el que descubrió la tragedia.
Marco Ramirez fue absuelto, no fue él, el que cojio el cuchillo de cocina y lo infiltro por 20 veces en el cuerpo de Monica Rachel. Ni fue él que asesino al hijo de apenas 13 años. Lo ha siempre reiterado, ahora el DNA confirma esta declaración. Y la misma muestra genética excluye de la lista de sospechosos a su hijo mayor John (estaba en Ecuador el día del asesinato y ha sido interrogado por los investigadores dos veces entre abril y junio, apenas habia regresado del Ecuador). Ahora que los reflectores se han apagado sobre los familiares, quedan en la lista de sospechosos esos amigos, los inquilinos conocidos «muy bien».
Y los hombres, los otros, los amantes de Monica, Rachel se ha hablado mucho en estos meses sobre investigaciones confidenciales, tranquilas, casi secretas. Y uno de los convivientes ocasionales parece haber salido de la nada en la lista de sospechosos: un hombre del Norte América, la cuya coartada sería a prueba de bombas. Pero muchos han vivido en Sampierdarena, en la vivienda de los Ramirez, muchos sabían que padre, madre y los dos hijos se preparaban para regresar en Ecuador y han ahorrado el dinero necesario para pagar el viaje y la primera comunión del pequeño Marcos Kleyner.
-IlSecolo-
C.Z.León