María Torero es una mujer extraordinaria que dedica su vida desde muy jóven al cuidado de las personas, pero lo particular en ella es que no se ocupa solo de seres humanos si no también de gatos en dificultad. Actualmente vive con más de 200 gatos en casa.
Después de su horario de trabajo en el hospital corre a su casa, donde le esperan para obtener sus cuidados sus pacientes más «mimados» sus gatos: de hecho el departamento de dos pisos de María se ha convertido en una sala de hospital donde acude y acoge a los felinos enfermos de leucemia que ella por si mismo ha recogido de la calle.
Son casi 200 gatos que viven con ella y casi todos sufren de la misma enfermedad terminal: leucemia felina. Lamentablemente para la misma no existe una cura, es una enfermedad terminal.
Ningún riesgo para ella, sus hijos o los vecinos, la leucemia felina no puede contagiar al hombre.
En su casa viven también sus tres hijos, de hecho la leucemia felina se contagia solo entre gatos, se trasmite sobre todo cuando condividen la comida el agua en el mismo contenidor y la limpieza reciproca, es por este motivo que María evita de llevar gatos jóvenes y sanos, dado que podrían contagiarse y para ellos sería una condena a la muerte.
«A las personas que me preguntan por qué no traigo a casa animales sanos respondo que no sería posible» subraya María. «Soy una enfermera mi deber es ocuparme de quien sufre. Mi deber es curar a los gatos que nadie se preocupa: la gente no adopta fácilmente gatos adultos, sobre todo si tienen una enfermedad terminal».
Un acto de amor por la vida
De hecho la señora Torero acompaña a sus queridos gatos hasta el último día de sus vidas, dandoles así la posibilidad de vivir de manera más tranquila su enfermedad.
Para las medicinas de sus gatos gasta casi 2.000 euros al mes, afortunadamente una parte puede cubrirla con las donaciones que recibe pero más de la mitad de los medicamentos los compra con el dinero de su propio sueldo.
Según la enfermera peruana todo lo que hace por sus gatos «va más allá que una pasión por su profesión, es un acto de amor por la vida que le acerca cada vez más a Dios».
GreenMe
C.Z.León