Clandestinos deberán acceder a sanidad de modo tradicional
Roma, 11 de agosto de 2010 – El sindicato UIL de Trieste (Unione Italiana del Lavoro), condenó el cierre del consultorio para extranjeros de la ciudad que estaba la ASS número 1 Triestina. Dicho consultorio cerró sus puertas el 21 de junio 2010, siguiendo los demás en otras tres provincias de la región: Udine, Gorizia y Pordenone. A partir de ahora los inmigrantes en situación irregular deberán acceder a los servicios médicos a través del modo tradicional.
«El cierre del consultorio médico para los extranjeros de Trieste – dice el sindicato en una nota – es un grave error y abre un escenario de incertidumbre sobre la protección de la salud de los individuos y la comunidad». La decisión fue tomada después de la notificación enviada por el tribunal regional, debido al conflicto provocado por el líder de la Liga Norte en el Consejo Regional, Danilo Narduzzi. El político había afirmado que no pueden existir servicios e instalaciones dedicadas específicamente a un tipo de usuarios, tales como los extranjeros que residen ilegalmente.
Michele Berti, director de Inmigración de la UIL de Trieste, dijo sobre el cierre – «la decisión de la ASS número 1 de establecer una clínica especializada, percibida como un lugar protegido, con personal competente y fiable, y en el que la privacidad es garantizada, ha representado por más de 10 años una solución efectiva, capaz de garantizar el principio de protección de la salud individual y colectiva.
Debe tenerse en cuenta – continua Berti – que el reglamento de la ley Bossi-Fini sobre esta sección en específico, afirma explícitamente que las regiones determinan las formas más adecuadas para garantizar los tratamientos de urgencia, escenciales y permanentes a los extranjeros ilegales.
Por lo tanto, no se trataba de privilegios para los extranjeros ilegales, sino de decisiones de la política sanitaria, destinadas a asegurar que determinados derechos de las personas vulnerables protegidas por la Constitución, fueran garantizados. Ahora, eliminada esta práctica, veremos – concluye el sindicalista – si los extranjeros indocumentados se sentirán lo suficientemente seguros como para acceder a los servicios de salud a través del modo tradicional».