Roma, 10 enero 2010 – El nombre Befana, es una deformación de la palabra epifanía, (bifánia) y la historia de la viejita no tiene fundamentos históricos – a diferencia de los Reyes Magos – por lo que se la considera una leyenda.
Befanas: la rumana Doina y las guatemaltecas Elizabeth y Violeta, en los Salecianos en Roma
Según la tradición italiana la Befana visita a los niños la noche entre el 5 y el 6 de enero para llenar las medias colgadas. Si los pequeños fueron buenos recibirán chocolatines y golosinas.
Contrariamente tendrán carbón. A diferencia de una bruja, la Befana sonríe y tiene una bolsa llena de juguetes. Una de las leyendas indica que los Reyes magos cuando iban a Belén para llevar regalos al Niño Jesús, no logrando encontrar la calle le pidieron indicaciones a una viejita.
A pesar de que los Reyes le pidieron que les siga para ir a adorar al Niño Dios, la viejita no les acompañó. Ella entró en su casa y preparó un cesto de dulces, pero al salir no encontró a los Reyes que habían ya partido.
Entonces empezó a repartir dulces a los niños que encontraba con la esperanza de uno de ellos fuera el Niño Jesús.