Israel y Palestina: A 50 años de la Guerra del Yom Kippur, el ataque inesperado que revela una falla en la inteligencia israelí y que conduce a una peligrosa escalada militar.
El Medio Oriente sigue siendo una peligrosa área lista para desencadenarse. Hasta hace unas horas, el reconocimiento diplomático de Israel por parte de Arabia Saudita, resultado esperado de los Acuerdos de Abraham firmados en 2020 entre Riad, Jerusalén y Washington, parecía inminente, pero tras los recientes ataques por parte de la organización paramilitar palestina Hamas, una rama de los Hermanos Musulmanes que controla la Franja de Gaza desde 2007, la posibilidad de pacificar estas tierras parece cada vez más lejana. La incursión armada en el sur de Israel, ocurrida alrededor de las 7 de la mañana del sábado 7 de octubre, marca una nueva etapa del conflicto israelí-palestino y revive el recuerdo de la Guerra del Yom Kippur de 1973 para el gobierno de Benjamin Netanyahu. A medida que aumentan las cifras de víctimas y rehenes, y los medios internacionales informan constantemente, analicemos qué está ocurriendo entre Palestina e Israel.
¿Qué sucede entre Palestina e Israel?
Todo comenzó en la noche del 6 al 7 de octubre, cuando Hamas, dirigido por el ex presidiario Yahya Sinwar, liberado en 2011 durante un intercambio de prisioneros, ordenó el lanzamiento de miles de cohetes, confirmándose al menos 5,000, que impactaron en decenas de pueblos israelíes en la frontera, llegando hasta Tel Aviv. El ataque no se limitó en el aire, también fue terrestre: los milicianos se infiltraron en territorio israelí irrumpiendo en el festival rave Festival Supernova en Re’im, donde estaban presentes 3,000 jóvenes. Posteriormente, se encontraron 260 cuerpos de jóvenes brutalmente asesinados, pero hay 750 desaparecidos de los que aún no se tienen noticias, algunos de ellos mantenidos como rehenes en túneles subterráneos en Gaza por parte de Hamas, que por el momento no tiene intención de negociar sobre los prisioneros, incluidos los heridos y los niños. Entre ellos se encuentra Noa, una joven que fue secuestrada y llevada en moto por algunos milicianos, como muestran algunos momentos de un video desgarrador que circula en las redes sociales.
La reacción del primer ministro Netanyahu
Un ataque sorpresa, posiblemente anticipado por algunas filtraciones que circularon días antes por parte de los servicios de inteligencia egipcios, según informa Times of Israel citado por el Corriere della Sera, el cual evidencia una grave falla en el sistema de inteligencia israelí, que no pudo prever e interceptar el complot, probablemente preparado en los últimos meses. La respuesta de Israel fue inmediata, a través de su primer ministro, quien declaró: «No es una simple operación, hemos entrado en guerra». Se llamó a los reservistas y se les pidió que «respondieran a la guerra con una amplitud que el enemigo no ha experimentado hasta ahora». «El enemigo», subrayó Netanyahu, «pagará un precio que nunca ha tenido que pagar. Estamos en guerra y la ganaremos«. La presencia de numerosos rehenes en manos de Hamas complica la operación israelí, que hasta el momento ha desplegado un masivo ataque aéreo en Gaza, destruyendo muchos edificios civiles y una mezquita. Se espera un ataque terrestre en las próximas 24-48 horas.
Mientras suenan las alarmas antiaéreas en Jerusalén y Tel Aviv, el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, ha ordenado un «asedio completo» a la Franja de Gaza. «He ordenado el asedio completo: no habrá electricidad, comida ni gasolina. Todo está cerrado. Estamos luchando contra seres humanos bestiales y actuaremos en consecuencia». El Ministerio de Salud de Gaza informa que hay 413 palestinos muertos hasta ahora y aproximadamente 2000 heridos, pero es una cifra provisional destinada a aumentar. El balance provisional del ataque en Israel es de 700 muertos, 2500 heridos, 750 desaparecidos y más de cien personas secuestradas. La reacción de Occidente fue inmediata, pero también la de China y Estados Unidos, que en apoyo de su histórico aliado han acercado al Mediterráneo oriental un grupo de ataque de portaaviones de la Marina estadounidense. Estados Unidos está tomando medidas para fortalecer la presencia de aviones de combate en la región, incluidos los escuadrones F-35, F-15, F-16 y A-10, así como destructores y cruceros lanzamisiles en un intento de desalentar la guerra abierta entre Israel y Palestina, un conflicto que involucraría inevitablemente también a los líderes de Hezbolá en Irán, quienes en los últimos meses han proporcionado dinero y armas a la causa de Hamas.
Orígenes del conflicto
«La violencia no puede ofrecer ninguna solución, solo las negociaciones pueden llevar a la paz entre los dos Estados», fue la declaración del Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, quien instó a la comunidad internacional a desplegar todos los esfuerzos diplomáticos para evitar una expansión del conflicto y una escalada militar con consecuencias desastrosas. Las tensiones entre Palestina e Israel tienen una base histórica que se remonta al sionismo de finales del siglo XIX, una ideología política que promovía la creación de un Estado de Israel en Palestina. La Resolución 181 de la ONU en 1948 debía sancionar la creación del Estado de Israel y del Estado árabe de Palestina. Sin embargo, este último nunca se materializó y la Guerra de los Seis Días librada por Israel contra Siria, Egipto, Jordania e Irak contribuyó a alejar un posible acuerdo de paz, reescribiendo la geografía política de la zona. Con la sorpresa a su favor, Israel logró una victoria estratégica, arrebatando la península del Sinaí y la Franja de Gaza a Egipto, C».
«Tras la ‘Resolución 242» de las Naciones Unidas, que condicionaba la retirada israelí de los Territorios Ocupados a una paz ‘justa y duradera’ y al cese de las actividades terroristas por parte de los palestinos, Israel se sumó, junto con Egipto y Jordania, mientras que los palestinos, respaldados por Siria, la rechazaron. Las partes se mantuvieron firmes en sus posiciones y las diversas mediaciones no llegaron a ningún acuerdo. La población palestina se vio obligada a un nuevo éxodo, similar al de 1948. Desde entonces, han seguido la Guerra del Yom Kippur, las dos Intifadas palestinas y, en medio de ellas, los Acuerdos de Oslo de 1993, que, a pesar de la creación de la Autoridad Nacional Palestina con la tarea de gobernar, de manera limitada, parte de Cisjordania y la Franja de Gaza, no han conducido al reconocimiento del Estado de Palestina. Desde 2005, Israel ha liberado la Franja de Gaza, pero esta continúa dependiendo del país vecino para el suministro de gas, agua, petróleo y bienes esenciales, estando atrapada entre Israel y el mar.
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