El sector visitante del partido con la Roma estará cerrado, pero cientos de ultras del Feyenoord podrían viajar hacia la capital italiana pasando por Nápoles.
Tras las tensiones del Nápoles-Eintracht, las autoridades italianas viven nuevamente días de alerta por un partido europeo. Esta vez se trata del Roma-Feyenoord de Europa League, para el que el prefecto de la capital italiana decidió prohibir la venta de entradas a todos los residentes en Holanda. A pesar de ello, y como ya hicieron los ultras del Eintracht, los hoteles de Roma avisaron a las autoridades sobre decenas de reservas procedentes de Holanda en los días del encuentro, programado para el jueves.
La policía, además, teme que los grupos ultras del Feyenoord puedan pasar por Nápoles, debido a sus buenas relaciones con los sureños y la rivalidad de ambos con los romanisti. Las fuerzas del orden utilizarán más de 1.000 agentes entre el miércoles y el jueves para evitar incidentes en el centro de la capital y en la zona del estadio. En 2015, los ultras del Feyenoord causaron enormes tensiones en Roma y llegaron a dañar la Fuente de la Barcaza en la plaza de España. El jefe de la policía, Lamberto Giannini, cree que la situación ahora está bajo control: “No estamos preocupados”, declaró a la agencia ‘ANSA’, “hay un contacto constante con las autoridades de Holanda. Hará falta atención sobre todo el miércoles, estamos trabajando para gestionar todo de la mejor manera”.
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