El diario colombiano El Espectador publicó un artículo firmado por la periodista Claudia Julieta Duque titulado «Mario Paciolla: dos autopsias contradictorias y el sello de la impunidad», en el que plantea la hipótesis de un posible asesinato y un afán de encubrimiento de la investigación en Colombia sobre las verdaderas causas de la muerte del cooperante napolitano de la ONU Mario Paciolla, ocurrida el 15 de julio de 2020.
Duque, quien conoció a Paciolla y siguió la evolución del caso desde el principio, escribe en la apertura de su artículo que la verdad de lo sucedido “quedó cubierta por la marca de impunidad que acompaña a los asesinatos políticos en Colombia: dos investigaciones judiciales, dos autopsias, dos años y ningún resultado concreto”. Y ello, «pese a los elementos que muestran la destrucción de pruebas, la alteración del escenario de los hechos, la simulación de un suicidio y múltiples testimonios que refutan la versión según la cual el poeta y periodista napolitano se quitó la vida a causa de una depresión».
En el artículo se recuerda que partes del informe de la segunda autopsia practicada en Italia por el médico forense Vittorio Fineschi y la toxicóloga Donata Favretto, entregado a la Fiscalía de Roma en otoño de 2020, certifica que «en algunas pruebas no se encuentran alguna explicación alternativa en el contexto de la hipótesis del suicidio, (mientras) sustentan principalmente la hipótesis del estrangulamiento con posterior suspensión del cuerpo».
A ello hay que añadir que “los expertos del Instituto Italiano de Medicina Legal han criticado el mal manejo del cadáver, la descripción inexacta del surco (el signo que produce una presión extrema en el cuello y que permite diferenciar un suicida colgado de un estrangulamiento homicida) y la forma en que fue dispuesto el pliego que lo provocó, la insuficiente documentación fotográfica, así como la falta de detalles sobre, por ejemplo, los relieves de las heridas presentadas en el cuerpo».
Todo ello ha hecho imposible, todavía se dice, «establecer con absoluta certeza la causa de la muerte del joven de 33 años». De uno de los documentos que Duque pudo consultar surgen otros detalles: “Si bien las heridas de arma blanca en el cadáver a primera vista podrían clasificarse como autoinfligidas, un estudio más detallado de las mismas permitió a los forenses constatar que mientras las heridas de la muñeca derecha presentaba «claros signos de reacción vital», en la mano izquierda mostraban «rasgos matizados de vitalidad» o «vitalidad extendida, lo que sugiere que algunas de las heridas pueden haber sido infligidas» in limine vitae o incluso post-mortem «, es decir, cuando Paciolla estaba agonizante o ya estaba muerto’.
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