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En Italia se celebrará el 25 de septiembre elecciones generales anticipadas

Italia decidió hoy celebrar elecciones generales anticipadas el 25 de septiembre como solución a la crisis del Gobierno de unidad nacional de Mario Draghi, empujado a dimitir por el abandono de tres importantes socios de su coalición.

El presidente de la República, Sergio Mattarela, anunció él mismo su decisión de disolver el Parlamento, elegido en marzo de 2018, y dar por terminada la legislatura ocho meses antes de lo previsto. «Esta es siempre la última elección, particularmente si, como en este periodo, ante el Parlamento existen importantes deberes que cumplir en el interés de nuestro país, pero la situación política me ha llevado a ello», dijo con tono serio, casi de tenue reprimenda. El adelanto electoral de esta legislatura es el epílogo de la dimisión de Draghi, formalizada esta mañana ante Mattarella, aunque seguirá en funciones hasta la formación del nuevo Ejecutivo.

El jefe del Estado, que en enero aceptó a regañadientes un segundo mandato por el clima de confrontación política, llamó a los líderes a pensar en el país: «Espero que, en la intensa y a veces aguda dialéctica de la campaña electoral, se de por parte de todos una contribución constructiva en el interés superior de Italia», urgió. Pues las «exigencias», sostuvo, son muchas e importantes: combatir la inflación y los últimos coletazos de la pandemia, contener los efectos de la guerra en Ucrania y reforzar «la cada vez más necesaria colaboración a nivel europeo e internacional». Por eso, porque no hay tiempo que perder, el Consejo de Ministros se reunió para elegir una fecha y enseguida se decantó por el 25 de septiembre, según confirmaron a Efe fuentes gubernamentales.

LA CAÍDA DE DRAGHI

Draghi presidió una coalición de unidad nacional en los últimos 17 meses, desde febrero de 2021, cuando recibió el encargo de gobernar para gestionar la crisis de la pandemia tras la caída de su predecesor, Giuseppe Conte, líder del Movimiento 5 Estrellas (M5S). Su coalición estuvo apoyada por prácticamente todos los partidos del hemiciclo, de izquierda a derecha, excepto por los ultraderechistas Hermanos de Italia, de Giorgia Meloni. Sin embargo, decidió dimitir el pasado día 14 después de perder el apoyo del M5S, tras semanas de desavenencias por varios motivos, como un decreto contra la inflación y los recelos de la formación populista a seguir armando a la resistencia ucraniana.

Aquel entonces el jefe del Estado rechazó la dimisión y emplazó a Draghi a saldar su crisis en el Parlamento, adonde acudió ayer, miércoles, con la intención de recoser su coalición y volver a sumar a todos los partidos para culminar la legislatura. Pero, lejos de lograrlo, asistió al abandono de otros dos socios importantes, la ultraderechista Liga, de Matteo Salvini, y la centroderechista Forza Italia, de Silvio Berlusconi. El prestigioso expresidente del Banco Central Europeo permanecerá en funciones hasta la formación del nuevo Ejecutivo, un tiempo que no siempre es breve en Italia.

Por ejemplo, para el nacimiento del primer Gobierno de Giuseppe Conte, con la coalición entre el M5S y Salvini, se tuvo que esperar casi tres meses, desde las generales del 4 de marzo de 2018 hasta el 1 de junio de aquel año, día del juramento.

REPROCHES DE IRRESPONSABILIDAD

El abandono de Draghi por parte de Conte, Salvini y Berlusconi ha sido tachado de «irresponsable» por el resto de la coalición dado que se produce cuando el país trata de implementar las reformas que den acceso a los millones europeos del Plan de Recuperación. Pero la urgencia también pasa por capear la escalada de los precios de la energía, por atajar una inflación sin precedentes desde 1986, por desembarazarse de la dependencia del gas ruso y sobre todo redactar la Ley de Presupuestos para el año próximo. El secretario del progresista Partido Demócrata (PD), Enrico Letta, tachó de irresponsables a las formaciones que han causado la caída de Draghi, mientras que el ministro de Exteriores en funciones, Luigi Di Maio, acusó a la Liga y al Cinco Estrellas, su antiguo partido, de causar la crisis en un «guiño» al presidente ruso, Vladimir Putin.

Entretanto el veterano Berlusconi, otro de los artífices de la estocada a Draghi, ve como su partido se despedaza por su decisión, con la marcha de dos de sus históricos colaboradores, Renato Brunetta y Mariastella Gelmini, ministros de Admnistración Pública y Asuntos Regionales respectivamente y ahora en funciones.

UNA CAMPAÑA ELECTORAL ATÍPICA

De este modo Italia se prepara ya a una campaña electoral del todo atípica, por ser la primera que transcurrirá en pleno verano, y que también se anuncia breve, intensa y muy dura, sobre todo debido a la férrea confrontación entre los partidos, con vínculos muy erosionados tras esta convulsa legislatura. En definitiva, el país se encamina a un choque de bloques, la izquierda del PD, con una probable alianza con el M5S, y una derecha de tono populista encarnada por Salvini, Berlusconi y una Meloni que, como única oposición a Draghi, se ha colocado como primera fuerza política en las encuestas.

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