65 mil extranjeros inscritos a la universidad, menos del 4% de la población estudiantil, mientras que en Gran Bretaña se supera el 20%. Son un fuente importante para el desarrollo de los Países de acogida y de origen, nosotros estamos atrasados. El estudio del European Migration Network Italy
Roma, 11 Junio 2012 – Dificultad en dar y en las renovaciones de los permisos de estadía, un mecanismo complejo de reconocimiento de los títulos de estudio conseguidos al extranjero, pocas becas, puestos reducidos en las residencias universitarias, falta de cursos de lengua inglés. Son las carencias que Italia tendrá que desatar para recobrar un grave retraso y atraer a sus universidades más cerebros extranjeros.
A los estudiantes internacionales fue dedicado el 8 de Junio un seminario organizado por el European Migration Network Italia, EMN, en colaboración con el Ministerio del interior cerca de la universidad Ca’ Foscari de Venecia. Para los estudios preparatorios, (aquí los datos principales), han colaborado el Centro Studi Idos y los investigadores, el Centro Nacional Ricerche/Istituto para la investigación, sobre la Población y las Políticas Sociales, la Fundación Leo Moressa y el Ong Intersos.
Se estima que los estudiantes internacionales, (ciudadanos de un País que por motivos de estudio van en otro País), son 3,7 millones en el área Ocse y más de 1,2 millones en la Ue. Gran Bretaña con medicon el primato con medio millón de estudiantes extranjeros. Sigue un grupo de Países con 250.000/300.000 presencias: Australia, Alemania y Francia. Luego Canadá y Japón, que superan 100 mil. Italia sólo aparece en un cuarto grupo, entre los Países que superan las 50.000 presencias, junto a España, Nueva Zelanda, Austria, Corea del Sur y Suiza.
Si su incidencia es de las 8,6% en la UE, y del 10,7% en Alemania y hasta el 21,6% en el Reino Unido, en Italia, los 64.704 universitarios en el presente año académico, baja al 3,8%, con 1 ciudadano extranjero cada 22 matriculados en la universidad, 1 cada 26 inscritos totales y 1 cada 37 licenciados. La incidencia bajaría aún más si no se contaran a los hijos de los inmigrados, que a rigor no deberían ser considerados «estudiantes internacionales».
Los inscritos son sobre todo europeos y asiáticos, con una prevalencia de estas comunidades: Albania 11.668, China 5.102, Rumania 4.642, Grecia 3.068, Camerún 2.410 y Marruecos 1.656. Las facultades más escogidas son Economía, Medicina, Cirugía e Ingeniería, que totalizan más de la mitad de los inscritos, sigue Letras y Filosofía con una cuota del 10%.
Entre alojamiento y comida, impuestos universitarios, libros, tiempo libre, viajes y otros gastos, los estudiantes extranjeros pagan cada año 718,5 millones de euro. Si tenemos en cuenta los estudiantes internacionales actuales, estima la Fundación Moressa. Se hipotiza un gasto medio de 15400 euros a cabeza, igual a 1283 euros al mes. Un potencial que, si se aprovecharae, podría convertirse en una fuerza económica en las áreas que los acogen.
Se concentra mucho en el (brain drain – fuga dei cerevelli) la fuga de talentos que empobrece ulteriormente los países en desarrollo. Los talentos al extranjero desarrollan relaciones comerciales en las dos caras de su viaje, pueden llevar en patria soluciones políticas e institucionales avanzadas o respaldar los cambios de régimen, investir más remesas respecto a los migrantes sin una educación universitaria. La contribución mayor lo darían volviendo al país de origen después de ser formados profesionalmente en el extranjero, gracias a acuerdos bilaterales y programas de regreso voluntario asistido.
Si dovrebbero insomma favorire “circoli virtuosi di brain circulation”, con benefici per i Paesi d’origine e per quelli di accoglienza, Italia compresa.
De hecho, se debería favorecer «la circulación de la fuga de los talentos», con beneficios para los Países de origen y para aquellos de acogida, entre ellos Italia.