El primer ministro de Italia, Giuseppe Conte, adelantó que se introducirán medidas más restrictivas para las fechas navideñas para contener la propagación del coronavirus, aunque no habrá un confinamiento total como se ha decretado en Alemania, en una entrevista publicada en el diario local La Stampa.
A pesar del gran número de contagios y de fallecidos, Conte aseguró que las medidas aplicadas, con el sistema de diferenciación de riesgo entre regiones, “están funcionando” y “permitiendo recuperar el control de la curva epidemiológica”.
Asimismo, adelantó que “a la luz de las sugerencias del Comité Técnico Científico, ahora se necesitan más medidas restrictivas”. “Lo estamos reflexionando en estas horas. Debemos evitar una tercera ola a toda costa, porque también sería devastadora en términos de pérdida de vidas humanas, añadió.
Según medios italianos, se intentará ampliar el toque de queda o de cerrar los restaurantes y locales durante las festividades.
En relación a que Italia se convirtió en la nación europea con más número de fallecidos por coronavirus, Conte explicó que “este triste récord depende del hecho de que el índice se desacelera más lentamente que en los otros países que han introducido el bloqueo y por el umbral de edad de la población y otros factores”.
Acerca del plan de vacunación, el primer ministro anticipó que el 29 de diciembre Pfizer pondrá a disposición las primeras dosis y luego llegarán las de Moderna. “Para tener un impacto efectivo en la inmunidad, la campaña de vacunación debe dirigirse a entre 10 y 15 millones de personas”, manifestó.
Recientemente, Italia se convirtió en el país con la cifra más alta de muertes por coronavirus en Europa, después de que el sistema de salud volviera a fallar en proteger a los adultos mayores y las autoridades se demoraran en imponer nuevas restricciones.
Se supone que esto no debía suceder. Italia fue el primer país de Occidente azotado por el COVID-19 y después de tener un gran número de fallecimientos durante la primavera logró controlar los contagios. Después, tuvo el beneficio del tiempo y la experiencia para cuando resurgió el virus durante el otoño, porque luego fue rebasado por España, Francia y Alemania, que registraron nuevos brotes de gran dimensión. Sin embargo, el virus tuvo una amplia y veloz propagación, e Italia ha agregado cerca de 29.000 decesos desde el 1 de septiembre.
“Obviamente se necesita algún tipo de reflexión”, dijo a la televisión estatal Guido Rasi, exdirector ejecutivo de la Agencia Farmacéutica Europea, después que Italia registrara en un solo día un máximo histórico de 993 muertes durante la pandemia. “Esta cifra de casi 1.000 muertos en 24 horas es mucho más alta que la del promedio europeo”.
La edad promedio de las víctimas italianas es de alrededor de 80 años. Además, 65% de los italianos fallecidos por COVID-19 tenían tres o más problemas de salud antes de dar positivo, como hipertensión o diabetes, según el Instituto Superior de Salud de Italia.