Fusilados cuatro rehenes de la guerrilla, cautivos desde hacía más de 12 años
Roma, lunes 28 de noviembre de 2011 – Benedicto XVI se unió al dolor de las víctimas y pidió el cese del terror que en las últimas horas cobró la vida de cuatro personas secuestradas desde hace 13 y 12 años y fusiladas en cautiverio por el grupo terrorista de las FARC.
Lo indicó ayer en Roma el embajador de Colombia ante la Santa Sede, César Mauricio Velásquez, tras la nota verbal de la Secretaría de Estado del Vaticano en la que se informó: «El Santo Padre recibe con dolor esta trágica noticia. Se une con su oración a las víctimas y al amado pueblo de Colombia en estos momentos de sufrimiento e implora el cese de la violencia».
Las víctimas fueron tres policías y un militar del Ejército colombiano: el coronel Edgar Yesid Duarte, el comandante Elkin Hernández Rivas y el intendente jefe Álvaro Moreno, todos ellos de la Policía Nacional y del Ejército, el sargento mayor José Libio Martínez Estrada.
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, “tres de ellos tenían un tiro en la cabeza y uno de ellos, dos tiros por la espalda», acción que calificó como «lo más cruel que hemos visto en mucho tiempo” por parte de las FARC. “Esto significa que estos héroes de la patria que sacrificaron su vida para darle tranquilidad al resto de los colombianos fueron torturados durante más de diez años, porque llevaban entre 12 y 13 años secuestrados y terminaron vilmente asesinados”.
Entre las víctimas se encuentra el que era hasta ayer el secuestrado más antiguo en poder de la guerrilla, José Libio Martínez, quien fue hecho rehén el 21 de diciembre de 1997 en una sangrienta toma de la base militar de Patascoy, en el departamento de Nariño (suroeste).
«A las 9:15 del sábado (hora local colombiana), yo estaba doblando una toalla y escuché un disparo a 30 metros y se viene la granizada de disparos y luego vienen los disparos en la cara y en el cuello. Lo único que se me ocurrió es irme al monte y se me pegaron dos guerrilleros y luego los perdí», relató sobre la masacre del 26 de noviembre el ex rehén en diálogo con Caracol Radio.
En varias ocasiones, Johan Steven Martínez, hijo del cabo José Libio que nació durante el cautiverio del militar, pidió a las FARC que liberarán a su padre. El soldado fue uno de los asesinados por la guerrilla que destrozó así el sueño de un niño que quería conocer a su papá.
A través de las redes sociales, el colectivo Colombia soy Yo fue una de las primeras ONGs en convocar a una marcha nacional multitudinaria para el 6 de diciembre, para rechazar las acciones criminales de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.
El asesinato de los rehenes de las FARC es un crimen de guerra, dijo la Oficina en Colombia del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. «Estos hechos irracionales no son una práctica aislada o esporádica; son crímenes de guerra que podrían constituir crímenes de lesa humanidad».