Roma, martes 13 de septiembre de 2011 – Sacro y profano, misa, gastronomía y mariachi. Este fue el lado más interesante de la celebración del domingo 12, realizada por los mexicanos residentes en Italia.
Organizado por la Comunidad Católica Mexicana, los festejos fueron el en parque Piccolomini, en via del Gelsomino, e iniciaron con la santa misa en español celebrada por el padre José Guerrero, de la diócesis de Tlanepantla, acompañada por cantos y guitarras.
A continuación y sin muchos prolegómenos se formó la cola para el almuerzo típico mexicano: pollo asado en achiote, frejoles a la charra y quesadilla, cuyo perfume ya se sentía hacia el final de la celebración religiosa.
Concluido el almuerzo llegó el momento patrio: “El grito”, presidido por el embajador de México ante la Santa Sede, Héctor Federico Ling Altamirano y del embajador ante Italia , Fao e Fida, Miguel Ruiz-Cabañas Izquierdo.
Foto: (de izq. a derecha) El flamante embajador ante Italia , Fao e Fida, Miguel Ruiz-Cabañas Izquierdo; el embajador de México ante la Santa Sede, Héctor Federico Ling Altamirano y consorte, y Griselda Quillares Alvarado, presidenta de la Comunidad Católica Mexicana.
“El grito”, fue el inicio del proceso de independencia, que partió con una protesta contra el mal gobierno local, movimiento que tomó cuerpo hasta pedir la independencia de España.
El cura Miguel Hidalgo y Costilla invitó en 1810 a luchar contra el mal gobierno local: «»¡Viva la Virgen de Guadalupe!, ¡Muera el mal gobierno!, ¡viva Fernando VII!»». Y la guerra de independencia se concluyó once años después, cuando España la reconoce en 1821.
Foto. No faltaron algunos instantes de suspenso porque el embajador se sintió mal, si bien se retomó de allí a algunos minutos y fue recibido con aplausos.
El nuevo embajador, Miguel Ruiz-Cabañas también saludó a los presentes a quienes reiteró su deseo de trabajar por la comunidad mexicana residente en Italia.
En sus palabras el embajador ante la Santa Sede recordó las dificultades actuales de México debido a la violencia desencadenada por el narcotráfico y recordó como existen fuerzas para acabar con ella, partiendo del Ejército, siguiendo por el ‘ejército de maestros’ y el de profesionales de la salud.
Y para terminar la jornada, el Mariachi Romatitlán, el más famoso de Italia, animó con trompeta, violín, guitarra, charango y sus voces, los bailes folkóricos Anna, Ricardo, Manuel y Sara, seguidos por aquellos en los que muchos de los presentes participaron.
H. Sergio Mora
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