40 días para experimentar el amor de Dios. Palabras del Papa en el miércoles de cenizas.
Roma, 10 de marzo de 2011 – Ayer 9 de marzo día en que inició la cuaresma, (tiempo litúrgico de conversión), el Papa ha celebrado en la ‘Basilica romana Santa Sabina all’ Aventino’ el miércoles de cenizas, día en que comienza la cuaresma.
Benedicto XVI en la celebración ha dicho: “Para los cristianos la palabra Cuaresma no puede ser sinónimo de aflicción. En la opinión común se corre el riego de pensar que Cuaresma sea tiempo de tristeza, de los días grises de nuestra vidas y de la monotonía. Al contrario, este tiempo debe ser de mucho significado en el camino cristiano y hacia el camino de la Pascua del Señor”.
“ El profeta Gioele – exhorta el Papa citando las lecturas- ordena en nombre del Señor, que en este tiempo se cree un ambiente propicio penitencial: ¡es necesario tocar las trompetas, convocar reuniones, despertar las conciencias!.
El período cuaresmal nos propone éste ámbito litúrgico y penitencial: un camino de 40 días donde se experimente eficazmente el amor misericordioso de Dios” – dijo el Papa.
Benedicto XVI, en la charla en la Audiencia General de los miércoles en la Plaza San Pedro, ha recordado: en el itinerario que estamos invitados a recorrer en Cuaresma, está caracterizado en la tradición de la Iglesia, por algunas prácticas como el ayuno, la limosna y la oración.
El ayuno significa la abstinencia de algunas comidas, pero comprende otras formas de privación hacia una vida sobria, todo esto no es aún la realidad del ayuno: el ayuno es la señal externa de una realidad interior, de nuestro empeño, con la ayuda de Dios, de abstenerse al mal y de vivir en el Evangelio”.
“ No ayuna verdaderamente, quien no sabe nutrirse de la Palabra de Dios” – ha agregado el Papa.